domingo, 27 de diciembre de 2009


A veces uno cree que lo que duele es la realidad, pero lo que duele es el ideal, la vida que imaginas puede ser un sueño pero también puede convertirse en una cárcel. Imaginar tu vida ideal esta bueno, pero que la vida imagine por vos es mucho mejor, a veces hay que dejarse sorprender.

La obseción por el ideal te puede hacer perder de vista lo real, lo verdadero, lo que necesitas, nada esta a la altura de un ideal. Si queres concretar tus sueños lo mejor es empezar por matar al ideal, ojo no me estoy refiriendo a matar los ideales, si no que hay veces que uno se imagina su vida como si fuera una película una epopeya heroica y es muy difícil estar a la altura de ese ideal.

El ideal es una luz muy brillante, muy brillante, tanto que puede terminar opacando a la realidad, podes sufrir toda la vida por ese ideal, hermoso, puro, brillante, pero lejano y cada vez mas lejano. Hay que poder distinguir los sueños del ideal, los sueños son pequeñas excusas que nos ayudan a crecer, el ideal es una gran mole de oro que nos paraliza, en cambio la realidad es fragil, endeble, imperfecta, pero verdadera. Porque en el final del camino uno puede contar la vida que vivió, no la que imagino, entonces mejor que imaginar la vida es vivirla

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